-FOTO:Mis Flores
Alondra Valey
A LAS DOCE DE LA NOCHE
Se ha terminado un día. Sólo quedan los minutos para una nueva magia.
Los ojos perecen tristes. Es que otro día ha llegado y con él las vanas fantasías de todo lo que no quiere dejarse. De todo lo que se soporta aunque haga daño. Cada día, con asombro, nos vamos olvidando de detalles, hasta que un clic nos vuelve a la realidad y el brillo de los pretéritos se conjuga en presente.
Dicen que lo que duele se va como último pasajero. Pero antes debemos abandonar el tren para no tomar otro con los pasajes impagos. Las deudas que no saldemos con nuestro corazón, habrá quien las pague…Pero no es justo.
La nueva luna deberá juntar las ilusiones de los que no tienen deuda, de los que saben reconocer la verdad de sus sentimientos, de los que nunca se mienten así mismos. De los que no son capaces de besar una boca, pensando en otra boca lejana. De los que se toman su tiempo y deciden sus destinos. De los valientes que afrontan la verdad y saben darse las respuestas.
De un amanecer que los sorprende y no buscaron. De una luna sin eclipse. De una sonrisa cautivante. De una mano necesaria en la caricia nueva. De unos ojos llenos de dos en esperanza. De agradecer la vida que siempre trae agua fresca a los labios de los sedientos. Desterrando el recuerdo;
haciendo florecer el JARDÍN DE LOS ABRAZOS DE LA TERNURA QUE SE PROCLAMA VIDA
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