Hay Un Poeta En TI
Publicada por Amparo Estévez Saviza · Ayer
LA BOTELLA EN EL MAR
De pronto un náufrago ve a lo lejos una botella jugando con el oleaje y se tumba en la arena a observarla y se dice íntimamente –Si llega hasta mi, el mensaje me está destinado.
Pasan varias horas, se queda dormido bajo la tibieza del sol que acaricia como beso y abrazo de madre y sueña…
SUEÑO: Cuando toma la botella entre sus manos ésta rompe en pedazos y de ella emerge una bella sirena que lo mira con ojos de ternura infinita, le da su mano y lo lleva hacia el mar. De pronto despierta, ve que el agua le llega al cuello y se asusta. Larga la mano de la sirena y regresa a la orilla y su reflexión es:
Ya no la tengo, pero tengo mi vida y quiero vivirla…aún como náufrago perdido en la espesura del bosque, ¡Quiero vivirla!
Despierto y presionado por su sueño se pone de pie y observa que la botella no está… ¡Pero tan ansioso! mira a lo lejos sin ver que la botella está a sus pies. (Allí, entera y con su consabido mensaje que se ve a través de la mugre que la cubre). Pega media vuelta y ya se está yendo cuando se le ocurre mirar nuevamente hacia el mar y la silueta de la botella yace en la arena…. Es una botella de licor; corre y la toma ¡No es sencillo romperla! La introduce a su guarida y la pone sobre su improvisada mesa de troncos. De vez en cuando la mira…Pasan tres días y no se anima a romperla. Mil veces su vista contempla su triste y sucia figura. De pronto supone que ella le está hablando Creo que estoy volviéndome loco-piensa…
Algo debo hacer. No sabe que alarga la experiencia para disfrutar la espera. Su miedo del principio se ha convertido en magia y no quiere despertar.
Una mañana toma la decisión de limpiarla para observar en detalle su interior. Cuando por fuera se ve brillante la seca con cuidado y la pone al sol. Recién ahí siente curiosidad por el mensaje que contiene. en el papel, afuera de sus aristas mal dobladas asoma una pequeña foto.
Hace días que la botella se ha convertido en su compañera de diálogos y silencios.
Además entiende la experiencia de comprender que sus silencios dicen más que sus improntas vanas al hablarle…
Pasan otros cuatro días y puede descubrir también que mirando por fuera su contenido ya no lo considera tan importante. En sus internos sabe que el mensaje no es para él, en cambio la botella sí. ¿Por qué iba a romperla? Definitivamente no…
Sin embargo un mes después en uno de esos días donde el hombre se plantea sus ¿Cuándo?
¿Para qué? O ¿Cómo?, comprende que ninguna respuesta lo conforma y que su vida se ha limitado a “Hoy”, sin ayer ni mañana.
Y ya no habla más con ella porque sabe que la va a traicionar husmeando el mensaje, además de partirla en mil pedazos…Busca un modo de no herirla, pero sabe que es imposible al menos que renuncie a leer el mensaje. Tal vez en el mensaje está su futuro…Sus dudas emergen y lo tienen sin dormir…
Nunca ha estado enamorado pero en su mente sobrevive una imagen que es musa de sus sueños…aquella que anhela como suya. Una mujer despojada de todo sentido terrenal, algo así como una virgen de perfecciones divinas, que perdona y ama a pesar de todo…sin traiciones, sin vanidad, sin plazos. Con mirada ardiente y piadosa al mismo tiempo. Ardiente en sus noches de lujuria y sueños y piadosa para perdonar su
avidéz, sus muchos defectos, su breve singularidad y su torpe realidad.
En sus cavilaciones está cuando un fuerte viento huracanado hace que tenga que refugiarse debajo de la improvisada mesa. Es tan fuerte que todo baila por el aire, el ruido es infernal y la desolación indescriptible. Nada queda en pie, las ramas esparcidas por doquier y los troncos preparados, a varios metros de distancia. Dura solo minutos, pero lo suficiente para romper todo a su paso… ¿Y la botella?
Amparo Estévez Saviza
SERIE: CUENTOS CON FINAL ABIERTO
(El final lo completaré luego que Ustedes escriban uno para la historia)