¡¡¡GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE!!!

¡¡¡GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE!!!
AUTORA-AmPaRo EsTeVeZ SaViZa
Powered By Blogger

visitas del día

Vistas de página en total

Amparo Estévez Saviza

Mi foto
Considero que un espacio interactivo debe servir para comunicar, compartir y pasar momentos agradables que nos ayuden a pensar la vida como bella y en este caso específico a conocer a los escritores y poetas que en todo momento transbordan vidas diversas arte y sueños a nuestro corazón...

jueves, 11 de septiembre de 2014

Oscar Eduardo Flores Sánchez RAFAGA DE VIENTO (Quisiera ser)




Oscar Eduardo Flores
Hace 8 minutos
Oscar Eduardo Flores Sánchez

RAFAGA DE VIENTO
(Quisiera ser)

Esa ráfaga de viento quisiera ser,
que sutilmente te rodea,
acaricia dulcemente tu rostro,
hace entrecerrar grácilmente tus ojos,
te hace palidecer, cuando fresca,
te hace sonrosar, cuando cálida.

No sé, que grato misterio tiene,
que nos une en amistad,
yo me siento no se como,
y mi sentimiento es no sé que,
lo explicable me enmadera,
solo se, que ella quisiera ser.

Será que siento celos,
al ver como acaricia tu pelo,
como prospera su suave energía,
al rozar tu cuerpo,
o al besar sin permiso tu boca,
te espera y siempre te encuentra.

Es un momento incierto,
pero cierto lo que me sucede,
tengo mis ojos abiertos,
pero despierto alegremente sueño,
cuando sonriendo te acercas,
esa ráfaga de viento... quisiera ser.

Oskyflors

Oskyflors@yahoo.com.ar
Septiembre 12. 2014
Derechos Reservados del Autor 2014
San Juan – REPÚBLICA ARGENTINA

Tinta de Sangre Marcelo Roberto Galán Capel Namaste - Considero poesía




Considero poesía
11 de septiembre de 2014 a la(s) 13:56
Tú,
quédate a mi lado,
con las manos llenas de amor
de amoroso cuidado,
cercana como para
necesitar mis besos,
lejana como para retirar tu boca
y correr tras mis ojos,

de mi mano,
frágil de igual modo,

y conoce mi amor
en mis maneras y deseos,
expandido por el aire,
naciendo y muriendo
mil veces al día.

Tú,
quédate a mi lado,
con tu corazón verdadero
de gran fuego envuelto,
y una palabra breve
de un largo pensamiento,
reposando tus celos,
sabiéndome,

fiel a mis brazos,
abierta a la primera flor,

y hora por hora,
acaríciame
como ventura incierta,
búscame como rendida de amor,
y ámame entonces
como si no volvieses a mirarme.

Tú,
quédate a mi lado,
¡te haré tanto que el silencio
será tu servidor amante!,
¡te diré tanto que tu amor ante mis ojos,
yo veré sin cesar!,

a ti que te siento
como cuando voy quedándome dormido,
primero lentamente,
y de pronto de golpe,

¡y mi poesía a tus versos
de mi boca yo te entrego,
para deletrearte en poemas,
para ser nosotros en cada palabra,
y muy bajito en tu boca
me beses los sueños!

Tú,
quédate a mi lado
y no te salves,
quiéreme sin reservarte,
piénsame sin tiempo
y no quieras evitarlo,
y déjate caer como si siempre
estuvieses llegando,

de modo que si ocurre que no me encuentras,
que tu confianza me mire
conociéndome de a poco,
como si miraras mi casa desde afuera,
sabiendo que es contigo y conmigo
que te pido,

¡tú, quédate a mi lado!
que no es prohibido el amor,
que encontrarse tiene un por qué,

¡tú, en mi mente!,
considerando poesía.
Considero poesía
11 de septiembre de 2014 a la(s) 13:56
Tú,
quédate a mi lado,
con las manos llenas de amor
de amoroso cuidado,
cercana como para
necesitar mis besos,
lejana como para retirar tu boca
y correr tras mis ojos,

de mi mano,
frágil de igual modo,

y conoce mi amor
en mis maneras y deseos,
expandido por el aire,
naciendo y muriendo
mil veces al día.

Tú,
quédate a mi lado,
con tu corazón verdadero
de gran fuego envuelto,
y una palabra breve
de un largo pensamiento,
reposando tus celos,
sabiéndome,

fiel a mis brazos,
abierta a la primera flor,

y hora por hora,
acaríciame
como ventura incierta,
búscame como rendida de amor,
y ámame entonces
como si no volvieses a mirarme.

Tú,
quédate a mi lado,
¡te haré tanto que el silencio
será tu servidor amante!,
¡te diré tanto que tu amor ante mis ojos,
yo veré sin cesar!,

a ti que te siento
como cuando voy quedándome dormido,
primero lentamente,
y de pronto de golpe,

¡y mi poesía a tus versos
de mi boca yo te entrego,
para deletrearte en poemas,
para ser nosotros en cada palabra,
y muy bajito en tu boca
me beses los sueños!

Tú,
quédate a mi lado
y no te salves,
quiéreme sin reservarte,
piénsame sin tiempo
y no quieras evitarlo,
y déjate caer como si siempre
estuvieses llegando,

de modo que si ocurre que no me encuentras,
que tu confianza me mire
conociéndome de a poco,
como si miraras mi casa desde afuera,
sabiendo que es contigo y conmigo
que te pido,

¡tú, quédate a mi lado!
que no es prohibido el amor,
que encontrarse tiene un por qué,

¡tú, en mi mente!,
considerando poesía.

Tinta de Sangre
Marcelo Roberto Galán Capel
Namaste

Copyright © Todos los derechos reservados

Copyright © Todos los derechos reservados

Diego López - Ah por favor firme esta súplica… como María, la puta del pueblo.




Diego Lopez
1 h · Ciudad de Córdoba · Editado ·
Buenos días oficial… me he visto en la necesidad de acudir a este recinto para hacer una denuncia. La tristeza me está matando, tal vez no me quede tiempo… quizás la nostalgia sea el epitafio de mi tumba. Pero, ¿sabe qué? Debo declarar que me ultrajaron la esperanza, que me han hurtado los sueños. No busco culpables, ya no me es necesario un castigo, demasiado tiempo se me ha azotado con miradas, con dedos señalando mi existencia.
Necesito que una vez alguien me escuche… sí, si me abriera de piernas Usted dejaría de mirar la ventana bajo ese murmullo molesto que reniega de mi presencia. Sí, los políticos tampoco me oyen, hacen como si el mutismo cubriera mis labios, lo extraño es que más de una vez oí sus bocas vomitar placeres en jadeos clandestinos… peor aún, cuántas veces me nombraron como sus esposas al momento de penetrar sus inmundas vergüenzas. Ay oficial, usted parece buen muchacho, solo deseo me tome esta denuncia para que un puto papel certifique que algo de mí tiene valía. No tuve hijos porque vejaron mi cuerpo hasta que mis entrañas se pudrieron de quebrantos. Tantas lágrimas bañaron mis cobardías para marcharme, nadie me dio una mano, porque la vista mira primero… y lo que vieron no era decoro a los mandatos. Y caminé de día vagando este silencio, y me orlé de lujurias por las noches, para darle un poco de alegría al borracho, al juez, al abogado, al peón, al mecánico, al albañil… al oficial. No sabe cuántas marcas tiene mi sexo, mutilado de tanta daga hendiendo mierda. No sabe que mis palabras se fueron volviendo adustas, porque de dulce solo me queda la sangre en mis adentros. No sabe con qué vacío uno contempla la vida… clamando hasta el hartazgo un poco de muerte.
Hasta la fe quebrantó mis credos, el sacerdote me mira con ojos del pecado, como si el infierno danzara en mis respiros. Lo extraño es que mi compañera ha visto el tridente del cura más de una vez. Y vio oficial que acá para que el muchacho se haga hombre, tiene que debutar en un burdel, ya en mis años, he sido la primera mujer de dos o tres generaciones. Pensamientos raros los de esta sociedad… donde las prostitutas no van al cielo, pero sí los que condonan culpas con diezmos. Ay oficial, se me hace tarde y allá la noche vale oro vio… todavía tiemblo por el hedor de alientos nauseabundos, o de suciedad viciando mis eternas sombras… Lo malo es que tanta tristeza en un momento se vuelve costumbre.
Gracias por tomarme esta denuncia oficial. Yo sé que la esperanza ya no me será devuelta, pero por lo menos que alguien sepa la extraño, que no la abandoné a su suerte… me la robaron.
Ah por favor firme esta súplica… como María, la puta del pueblo.
Diego López