¡¡¡GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE!!!

¡¡¡GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE!!!
AUTORA-AmPaRo EsTeVeZ SaViZa
Powered By Blogger

visitas del día

Vistas de página en total

Amparo Estévez Saviza

Mi foto
Considero que un espacio interactivo debe servir para comunicar, compartir y pasar momentos agradables que nos ayuden a pensar la vida como bella y en este caso específico a conocer a los escritores y poetas que en todo momento transbordan vidas diversas arte y sueños a nuestro corazón...

jueves, 28 de abril de 2016

CÓNDOR, viento y soledad




UNA PRETENCIOSA PALOMA



“QUISO VOLAR TAN ALTO COMO EL CÓNDOR”

Un día cualquiera de los tantos entre los cuales sus sombras se encuentran, ella le dice:

-Puedes enseñarme a volar tan alto?

Y él no contesta...



Otro día en el cual él ha olvidado regresar y aún se encuentran conversando ella le dice, ya casi de noche:

-Si tú no supieras volar tan alto ¿Qué harías?

Y él no contesta...



En una oportunidad ella decide confesarle que está enamorada y le pregunta:

¿Tú sabes cómo te veo?

Y él no contesta...



Pero, su curiosidad puede más y al menos pronuncia:

-Dime

Ella continúa:

-Eres un magnífico ejemplar de tu especie, tienes unas plumas bellas y cuando vuelas…

-Bueno, cuándo vuelas me haces sentir emociones que se van contigo; pero no sé volar como tú para seguirte…



Él la mira y modestamente dice:

-Soy un ave grande pero vulgar…ya es muy tarde debo irme.

Y ella se queda pensativa esperando que al día siguiente vuelva, pero no es así...



Pasan nueve meses

Ella le envía mensajes pero no se los responde. Algo así como que el viento evapora las plumas en donde escribe. Es un falso consuelo pero necesita creer. La lluvia se le hace insoportable y lo pasa mirando el cielo todos los días.



Su admiración y cariño por él no le permiten dejar de luchar y se propone enviar mensajes más crudos con el ánimo de impactarle

Una tarde escribe en una inmensa pluma de águila algo como:

¿Qué haces que no me encuentras? ¿Cuándo? ¿Cómo? Y en medio le dibuja un corazón de paloma, “Azul”, las palomas de los sueños tienen el corazón azul…

Por ese detalle él debe identificarla de inmediato…



Y un día de pleno sol, cuando casi había perdido las esperanzas, el cóndor regresa.

Igual que siempre, con su canto de palabras de pico corvo y dulce mirada…

Ella se olvida de todo, sólo tiene arrumacos de paloma, intenta caricias en su cuello de aro blanco. El pico de gancho de bello cóndor, parece que se la va a comer; pero es un esbozo de amor viajero.



Ya no quiere volver a fracasar con él y se pone a estudiar. Un viejo palomo aburrido que de viejo, ya no vuela casi, se dedica a enseñar. Y es así que lo consulta y éste aconseja y relata:



“Los incas creían que el cóndor era inmortal. Según cuenta el mito, cuando el animal siente que comienza a envejecer y que sus fuerzas se le acaban, se posa en el pico más alto y saliente de las montañas, repliega las alas, recoge las patas y se deja caer a pique contra el fondo de las quebradas, donde termina su reinado. Esta muerte es simbólica, ya que con este acto el cóndor vuelve al nido, a las montañas, desde donde renace hacia un nuevo ciclo, una nueva vida. El cóndor simbolizaba la fuerza, la inteligencia y el enaltecimiento o exaltación. Era un animal respetado por todos aquellos que vivían en los Andes desde tiempos anteriores al descubrimiento de América, ya que no sólo traía buenos y malos presagios, sino que también era el responsable de que el sol saliera cada mañana, pues con su energía era capaz de tomar el astro y elevarlo sobre las montañas iniciando el ciclo vital.
Una ancha banda blanca resalta en el dorso de las alas y un nítido collar blanco no completamente cerrado al frente, protege la desnuda piel del cuello”

Luego de escuchar atentamente lo increpa:

-Pero, tú no conoces a mi amigo!!!

-Viejo Palomo...¡Eso lo sé!

–No puedo creer lo que me dices…¿Qué se tira de la montaña cuando envejece ? ¡¡¡Dios mío, le deseo que renazca luego, como dices!!!

- ¡Dime algo nuevo! replica impaciente… ¿Se enamoraría de mí?

No le gusta nada la expresión del viejo Palomo. No quiere averiguar y

sigue...

Los días continúan…

Se ven seguido. Se esperan. Se sienten cercanos.

Ella le habla con ternura pero él se aleja de a poquito…



¡Cómo va a decirle a sus semejantes que todas las tardes se aleja a encontrarse con la paloma!



El consejero de los cóndores le protesta: ¡Es una locura! ¿Has perdido el juicio?



Ambos desean desobedecer a la marea, a los vientos, las tormentas y las ganas de

volar juntos…y logran de algún modo embarcarse en la nave espacial de los sinsentidos y desaparecer por algunos días.



Pero llega casi sin avisar la Cruela de La Rutina. Aquellas cosas en las cuales no coinciden se ponen fieras y estorban.



A veces pueden tener alas ambos, pero al volar habrá uno que quiera estacionarse en alguna parte y el otro no querrá.



Las aves jamás dejan su libertad, ni aún deseando aparearse. Su instinto les dice que aquello que las sujete, tarde o temprano les imposibilita volar y más aún, saben que en algún momento aunque se distancien, pueden posarse en la misma piedra, pasar por el mismo lugar y tal vez reconocerse.



"Siempre habrá un cóndor que se enamore de una paloma y siempre habrá una paloma

domesticada que quiera cambiar al mundo, porque se lo enseñaron los humanos al hacer que coman de sus manos y edificarles bonitos palomares"



La paloma siembra ternura, busca posarse sobre la tierra y empollar en sus nidos. Se sabe dueña de la paz y cree en los niños de las plazas que las espantan jugando, en la vida que espía por las ventanas de los edificios y en ella misma que nunca dejará de ser lo que es a pesar del cóndor.

El cóndor se sabe majestuoso, lo suficiente como para olvidar a la paloma y justificar su libre albedrío en medio del viento y la soledad…

Amparo Estévez Saviza

AMPARO.ES

28-04-2016

Derechos Reservados de Autor