10/09/2013
Dentro de seis días asistiré a un evento
muy apreciado por mí.
Quiero contarles el sueño que tuve...
Mientras se desarrollaba la fiesta de cumpleaños,
en la sala-comedor se escuchaban risas, ruido de copas chocando,
besos sinceros y de los otros, voces y aplausos…Al cabo de
varias horas la fiesta terminó.
Ahí es donde yo, el mejor repasador de la cocina pude entrar
y hacerme cargo del desastre. Primero saqué todas miguitas desparramadas
por todos lados, en la mesa. De pronto observé que la torta había quedado
por la mitad. Tomé un poquito y la probé. ¡Riquísima! Luego observé que
una vela había quedado enterrada en la torta. La encendí y le desee al anfitrión
“Un muy feliz cumpleaños” y la apagué. Luego encontré su vaso…Apoyé mi boca
sobre sus huellas y estampé mi beso más ferviente (Total nadie me veía). Con alguna que otra lágrima no necesité mojar el trapo para culminar mi misión…
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