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Amparo Estévez Saviza

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Considero que un espacio interactivo debe servir para comunicar, compartir y pasar momentos agradables que nos ayuden a pensar la vida como bella y en este caso específico a conocer a los escritores y poetas que en todo momento transbordan vidas diversas arte y sueños a nuestro corazón...

lunes, 17 de octubre de 2016

ME LO DISTE A PROBAR...







ME LO DISTE A PROBAR…
Publicado el 29 septiembre, 2016 por amparorules








La mujer de ojos color café mira sin ver. Sus pasos transitan un laberinto lleno de imponderables. Hasta hace unos días ha volado en vez de caminar. Es casi una repetición sin sentido para ella, pero no lo es para la vida.



Extender sus brazos y tocar el cielo significa saborear la dulce fruta que cae del árbol de sus desvelos. Su boca contiene el jugo para saborearlo mejor e imaginar el maná de las delicias de los frutos del paraíso, antes de ser seres expulsados.



Y se convierte en fauces su boca, con el correr de los minutos. Un animal irreconocible la devora y sus ojos emanan el jugo ácido de la despedida. Nadie puede convertirse en nube y luego regresar a la tierra caminando. Solo puede hacerse a través de la lluvia.



Las flores que han perdido sus pétalos la observan con pena. Están al igual que ella, en el triste instante en que caen sus láminas enroscadas en el pistilo, para dar lugar al tiempo que todo lo devora. Hace que las moléculas se acomoden y en un abrir y cerrar de ojos las pierde en medio de una ventisca.



¡Apriete el mundo su vanagloria! hágala cantar cuando aún es tiempo, porque luego el oscuro invierno todo lo helará.



¡Para qué miras al cielo tonta mujer! pidiendo que los campos reverdezcan y la que fue tu flor renazca y se pinte de colores, si ya no es posible.



¿Sabes porqué canta el zorzal cuando aún el sol está oculto?

Porque su sabiduría señala la aurora, esa que hace a los hombres recuperar su verga y a las mujeres engendrar a los hijos…

Un sin número de roces bajo las diáfanas madrugadas impulsan la vida y la mujer se entrega cual orilla encendida por los murmullos del río que corre ligero para cumplir con su destino de correntada apasionada por llegar a buen puerto.



No hay barcas repletas de testigos ni lobos como en el mar que impidan al río seguir con sus aguas a veces turbias, a veces malolientes, a veces crispadas, a veces cubiertas de peces que tapan su lecho pero lo instan a navegar en su carrera desenfrenada…



Una vez llegan las cuatro estaciones. Ella, la mujer de los ojos color café, no es testigo del final si no lo desea.

La impronta, los sentimientos, las decepciones, se pueden convertir en magia. Ella ya no mira en derredor. Los poros de su rostro se han abierto para disimular la mueca y han hecho aflorar una sonrisa.

Del rictus ha logrado que sus dientes semejen hojas de margaritas y su voz se hace oír solo con palabras bonitas cargadas de ternura.

La yema de sus dedos sienten en el contacto solo piel de bebé.



Y llega con su fruta deliciosa anhelada y sus sueños dormidos a convertirse en hada. Hada que tiene una sola varita mágica, su belleza.

Una vez que cruzó el río le queda una sola oportunidad: que el maquillaje le perdone las arrugas, y cuando todos la miren vean en ella a una verdadera hada y no la bruja que sin escoba no podría volar.



¡Me lo diste a probar vida ingrata, para luego quitarlo y dejar solo el sabor agrio del limón caído al pie del árbol, que deja a sus frutos evolucionar, libres y lejos. No hay rama que pueda regresar el fruto a su seno.

La única continuidad de la vida del árbol está en sus frutos, pero no le es necesario pregonarlo…Quienes se acercan admiran el fruto, su tamaño y color. Nadie mira al árbol al menos que tenga alguna peste…

Desde ese día todo se ha invadido y transformado; nada queda de la mujer que tiene todo para dar.



Los gorriones tan libres como su breve vida lo indican, acompañan las mañanas taciturnas. Las tardes ajetreadas los tienen entretenidos. Y las noches…



No es fácil describir las noches: la luna sonríe de insensateces, las estrellas borran sus mensajes de ubicación, la oscuridad se vuelve amiga y la brisa es el oxígeno que le dice al aliento : Ven caricia imaginaria, te necesito pero no te espero…

AMPARO ESTÉVEZ SAVIZA – Derechos Reservados de Autor – 30/09/2016

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