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Amparo Estévez Saviza

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Considero que un espacio interactivo debe servir para comunicar, compartir y pasar momentos agradables que nos ayuden a pensar la vida como bella y en este caso específico a conocer a los escritores y poetas que en todo momento transbordan vidas diversas arte y sueños a nuestro corazón...

lunes, 27 de octubre de 2014

ALONDRA VALEY - LA LLUVIA TE TRAE





LA LLUVIA
TE TRAE

te llama
te extraña
te busca
y escapa

TE TRAE
en gotas
pequeñas
de lluvias
internas

TE TRAE
en besos
dormidos
abrazos
de aullidos

TE TRAE
Voces
y truenos
en noches
de sueños

TE TRAE
y moja
el cristal
y espera
no llorar

TE TRAE
Y llora
y ninguna
caricia
tiene
la calma

TE TRAE
Ese beso
que besa
empalaga
Y muere
en la
madrugada…
ALONDRA VALEY

domingo, 26 de octubre de 2014

ALFONSINA STORNI - Fiero amor




poemas

FIERO AMOR

Oh, fiero amor, llegaste como la mariposa.
Cuando comienza Octubre se aproxima a la rosa;
era silencio todo, era silencio abierto
a sombras misteriosas como el ojo de un muerto.

Yo era la misma sombra, yo era menos, yo era
una cosa durmiente que ni sueña ni espera,
cuando el vuelo de aquella mariposa celeste
me hizo gorjear de pronto como un pájaro agreste.

Oh, cien soles se alzaron por el lado de oriente,
oh, cien ríos corrieron por la misma pendiente,
oh, cien lunas de plata brillaron en el cielo
y cien altas montañas emprendieron el vuelo.

Abrí los brazos: tuve la divina locura
de tocar con mis dedos las cosas de la altura.
Abrí los ojos: tuve la divina tristeza
de beber con los ojos la celeste belleza.

Lloré, lloré sin tregua; grité: Corazón mío,
detente en el camino que lleva al desvarío;
pero el corazón mío fue una gota de cera...
Dios, ¿qué pudo esa gota contra la primavera?...

Fiero amor: en tus manos yo he soltado mi vida;
acógela: Paloma que se posa rendida
en las garras sangrientas, ya no bate las alas:
muere de lo que vive; vive de lo que exhalas.

Bien sé que no hay cien soles que nazcan en oriente,
bien sé que no hay cien ríos por la misma pendiente,
bien sé que no hay cien lunas que brillen en el cielo,
bien sé que no hay montañas que se alarguen al vuelo.

Bien sé que las palomas ciegan sus ojos, dejan
en el nido las plumas, las auroras se alejan,
caen las hojas, viene el otoño, la muerte,
y se agrisan los días, y se agrisa la suerte.

Pero soy una esclava del dolor y lo adoro
como adora el avaro el sonido del oro:
oh, terrible tormenta de relámpago y rayo,
en tu fuego revivo, en tu fuego desmayo.

Fiero amor: soy pequeña como un copo de nieve,
fiero amor: soy pequeña como un pájaro breve,
triste como el gemido de un niño moribundo,
fiero amor, no hallarías mejor presa en el mundo.

Ninguna moriría más ligero en tus garras,
ninguna moriría más pronto en tus amarras.
Alumbra, sol naciente... Naturaleza, crece:
sobre la vida oscura la muerte resplandece.

sábado, 25 de octubre de 2014

Tinta de Sangre Marcelo Roberto Galán Capel Namaste - Porque tienes...



Porque tienes

Porque tienes esas hojas
que en vertical danzan,
ese oficio de la palabra
que es en tu boca,
pequeña ternura,

porque sabes estar presente
con una mirada que no se deja caer,

porque te acomodas al silencio
y un día te contestas,
y tu amor es un verso
de dos extremos
y una sola entrada.

Porque tienes la nada
y eso te hace libre,
y entonces decides la pausa,

porque tus caricias son largos caminos,
con algo de dulzura y un poco de sueño,

porque juntas las raíces del aire
y tu propia voz es el momento justo,
y tu cielo de ardiente deseo
ya no necesita dormir más,
ya no más.

Porque tienes en cada mano
un ramo de ventanas,
y entre espirales de soles y lunas
tienes ranuras,

porque llevas mi nombre,
porque tienes mi lugar,
porque a veces te pareces
a un beso inmóvil en medio de la calle,
y un segundo antes que el labio
eres el cántaro de tu propia sed,

porque te contagias de alas
y te vuelves inmediata,
y cada tanto cambias de sitio
como quien dibuja.

Porque tienes ese movimiento que se prepara,
esa demora para llegar varias veces
sin conocer el punto,
porque has amado y por amor eres abrigo,
porque eres quietud y subtítulos,
y existes en un puente sin gente ni vestiduras,

porque sin ti los pájaros
se callan demasiado,
y contigo los plurales son mañana,

porque tu belleza tiene muchas puntas,
porque te amo y es allí
cuando me permito viajar entre líneas,
porque con la misma naturalidad del amor,

te amo casi tiernamente,
como asaltando la vida,
te amo y tal vez un día,
de amor no necesite regreso,

porque tienes un amor de ojos abiertos,
porque tienes un amor de ojos cerrados.

Tinta de Sangre
Marcelo Roberto Galán Capel
Namaste

Copyright © Todos los derechos reservados

Julio Cesar Aguilar - ALETEO ENTRE LOS TRINOS





ALETEO ENTRE LOS TRINOS

Médanos de sombra en el resplandor
umbrío.
Manantial
allá lloviendo su letanía de relámpagos
y bajo el azoro
la celebración de atisbos.

(Cascada en azogues purificados.)

Cisterna la opacidad.
Incertidumbre por los recodos: mínimo
polvo, inasible arena:
luz insaciable. Esa la luz
aleteando
con levedad
entre los trinos todos del nunca atardecer.
Médanos
de nada.

Dunas desde el deseo y el ser,
sobre los riscos
en el perfil
del paisaje asoman.

Y polvareda en el sendero.
Amadrugado hacia el silencio así
nace el delirio:

Diego López - TE AMO




Diego Lopez

Te amo…
Porque tus ojos me hechizan en los instantes
Porque tus abrazos contienen mis saudades
Porque tus manos sostienen las mías trémulas
Porque tus huellas me enseñan un peregrinaje
Porque tus besos saben a océanos sin desierto
Porque tus palabras acarician todos mis versos
Porque tus silencios profieren un amor eterno
Porque eres antes y después de mis solitudes
Porque eres… porque existes… y me habitas
Porque sí… por todos y sin todos mis motivos
Te amo.
Diego López

sábado, 18 de octubre de 2014

LA MADRE y LA MUJER - Amparo Estévez Saviza





LA MADRE y LA MUJER
Es la mujer como una niña pequeña que pide caramelos de mimos y sabe que sólo será posible si lo cristaliza a través de lágrimas y besos

Que extiende su mano para recogerlos a sabiendas que no siempre llegarán.

Que sabe sonreír aún cuando sus entrañas
todavía asisten al parto con dolor en los pasos de sus hijos.

Vive la nostalgia de ver repetidas sus historias.
Acepta lo que les depara la vida y al hijo que crece en su vientre luego de hacer el amor con diferente propósito.

Escucha el sonido de los vientos fatalistas y crean la
armonía en torno de sus trémulas manos buscando un trozo de pan en la miseria.
Cree en el futuro, lo necesita para entregar la sabia acumulada de sueños que intuye no siempre se cumplirán.

Es tangible para amamantar, para besar, para acariciar, para sostener, para
vivir en la lucha y es intangible para postrarse ante Dios y pedirle por los que ama, ofreciendo su alma en cada nueva pelea.

Para trabajar más allá de sus fuerzas.

Para inventar el amor cuando peligra la familia.

Para perder belleza en pos de objetivos diversos y no se lamenta, sabe que lo va entregando todo…Y no entiende otra manera de transitar por la vida cuando ama a su entorno como parte de su propia historia latente… Esa magnífica puesta de sol
que se plasma en el alma y devuelve una luna redonda, una luna que revienta de orgullo
si llega a la meta…
Y no siempre hay una meta, pero se vislumbra a través de las prolongaciones que son los hijos…
Un mundo de valores que se marca poco a poco, y siembra futuro, esperanza; es
constancia propia de la mujer que sabe amar hasta el punto de ver el final del camino
y vestirse de fiesta para cortar la cinta de los logros, sin fecha de vencimiento…
Amparo Estévez Saviza/La Plata/Argentina/2014

A mis hijas, nueras, amigas y conocidas ¡¡¡FELIZ DÍA DE TODAS LAS MADRES!!!

viernes, 17 de octubre de 2014

HAY UN FRACTAL - Amparo Estévez Saviza


Hay un fractal
Que signa la realidad de cada ser viviente. El fractal de la vida es un minúsculo principio, pero grande en su esencia, en su impronta y en su potencial…De una pequeña figura de un centímetro cuadrado, se origina mi fractal. Poderosa piedra fundamental que va a constituirse en final incierto, pero que va a transitar por un mundo desconocido y que cada alma que se cruce modificará la evolución…
Estás en mi fractal, en ese pequeño y minúsculo mundo inicial se vislumbra ya tu figura. Eres el SER que se incluye con vida propia, que no fue convocado pero está…Eres mi camino sin sinuosidad, el faro encendido que modifica y hace crecer mi fractal. Eres el que está en la media fragmentación y se suma…En la siguiente y se suma…en las miles que irán proyectándose buscando el cielo. Su base siempre será ese cuadradito mínimo que le dio origen y hoy es un cubo, de la misma base pero que se eleva día a día. Y en su evolución sería tal vez un prisma o hipotéticamente ir reduciendo su escalera al cielo y transformarse el una pirámide que envejece…Los sueños son parte de los fractales y se me ocurre pensar que la impronta pueda modificarlos…o tal vez no…
Si no te hubiese encontrado, tal vez mi figura de un centímetro cuadrado, se hubiese convertido en una pirámide y tarde ya para albergarte, volvería a morir en la figura de la base… Sin modificaciones…Mi minúsculo cuadradito, sin fragmentaciones felices, sería un triste fin… aburrido y detestable por no haber logrado de la vida, la armonía, esa que hace de la rosa un vergel sin espinas…
Amparo Estévez Saviza/ La Plata/ Argentina/2014

Te ubico con los bellos Seres que me habitan, lo cual me habilita para quererte especialmente: Familia, amigos… Seres únicos que
hacen de mi vida un camino digno de transitar.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Tenemos un camino... - Diego López




Diego Lopez
3 h · Editado ·
Tenemos un camino para recorrer, el que elegimos o el que podemos transitar. Tenemos una vida para respirar su aliento, la que elegimos o la que decidimos peregrinar. Tenemos un sueño atestado de instantes anhelando sus concreciones, las que llegan a destino o las que yacen truncas en el sendero. Tenemos una lágrima resguardando el veneno de una herida, la que ha cicatrizado o la que aún permanece abierta. Tenemos esperanzas morando en nuestras plegarias, las que no declinan ante los silencios o las que fenecen en lo adverso. Tenemos una sonrisa bosquejando emociones, la que se promulga sobre la bonanza o la que esconde los sicarios quebrantos.
Tenemos la libertad de poder ser, de poder pensar y poder sentir. Tenemos la melodía de una vida… para que dancemos sus acordes.
Diego López

sábado, 11 de octubre de 2014

La vida es SIMPLE... - Amparo Estévez Saviza



La vida es SIMPLE...Cielo Azul o Gris/Camino Sinuoso /Naturaleza Verde Esperanza.(Como en la foto que muestro)
Un cielo que nos alumbre con su sol y con su luna-
Un camino que no es fácil pero está en nosotros transitar con el mínimo de dificultades.
La esperanza en cada proyecto, un verde que crezca como la naturaleza, sin pausa y sin prisa.
Esperanza de sentir que es posible, sabiendo de sueños; de creer en lo que se hace, de tomar lo bueno y amar como la entrega más sublime.
Si así nos plantamos ante la vida, siempre tomaremos el camino de la secuencia de los pasos impensados pero firmes.
Siempre habrá un rayo de luz delante de todo lo que se nos atraviese y seremos conducidos a la perfección, a la calma y a sentir que la vida es el regalo más valioso.
Habremos llegado al final establecido por Dios para cada uno, conscientes de haber existido como seres que aprecian su condición y valen para sí mismos y para los demás.
Amar y respetar a los compañeros de viaje, sentirnos libres sin afectar el compromiso mutuo y hacer que todo surja naturalmente, sin apremios, felices por haber dado en cada momento lo mejor de que somos capaces, extendiendo la mano o dejándonos ayudar en las dificultades.
Deseo que cada uno de nosotros reflexionemos sobre todo lo que nos ha sido dado y caminemos en la seguridad que cada paso nos acerca a un objetivo. El de
compartir los instantes, rodearnos de seres maravillosos que hacen sencillo cruzar
barreras, ríos, montañas, frío, lluvia, calor y transformar en Sonrisa las lágrimas y en Amor los gestos...
Amparo Estévez Saviza/2014

jueves, 9 de octubre de 2014

Diego Lopez - Todos los días me la encontraba en el mismo semáforo.




Diego Lopez
Todos los días me la encontraba en el mismo semáforo. Yo conduciendo para llegar hasta mi trabajo e iniciar mi jornada laboral. Ella, haciendo malabares con una sonrisa cuasi ficticia… intentando que los conductores fuéramos benévolos por la enmascarada limosna que pudiéramos darle. Esa mañana iba de muy buen humor, así que cuando le extendí un billete por el espectáculo circense que nos obsequiaba, me atreví a preguntar su nombre. India, fue su respuesta… en ese entonces no supe si me hacía un chiste o era verdad, de todos modos no cambiaba en nada mi vida, o al menos eso era lo que yo creía. India tenía los ojos oscuros como azabache es el oro negro. Su sonrisa por momentos parecía evocar recuerdos, y por momentos parecía ser tan forzada como forzada suele ser la vida a veces. Una figura estilizada, seguramente a fuerza de tanto malabar sobre el aire y sus espaldas. Una melena desplegada al tiempo, como se despliegan los sueños al viento. Y la misma calle nos encontraba siempre, la misma esquina con las mismas forzadas sonrisas. A veces uno va tan inmerso en sus preocupaciones que las almas que nos peregrinan a pocos metros de distancia, son solo meros espectros de alguna vida que no nos pertenece. Y los malabares se sucedían, y las monedas caían en un sombrero negro, azabache como unos ojos risueños. Y el trabajo agobiaba, y los días pasaban como sentenciados por la rutina o una desesperanza respirándose en la brisa de algún invierno.

Todos los días me la encontraba en el mismo semáforo, y de tanto cruzarnos en silencio se me fue haciendo costumbre verla. Pertenecíamos a mundos distintos, pero una rara sensación me respiraba el alma cada vez que esa esquina nos abrazaba desde la distancia. India no tendría más de 25 años, y era raro que yo a mis 45 me estuviera fijando en su juventud. La verdad tenía miedo de verla con otros ojos, tenía miedo de que volviera a perder lo que tocaba. Hacía un año que una tumba sin tiempos alojaba a mi mujer, hacía un año que no paraba de llorar por la añoranza y ausencias. A veces la vida te arranca lo más preciado, a veces la muerte se confabula con la vida para nunca más devolver lo que nos han quitado. No sé, tal vez el tiempo sana heridas, pero no es fácil transitarlo. Y la misma esquina, y los mismos malabares me fueron hechizando. Es cierto que mi timidez no ayudaba mucho, es cierto que sin buscarlo India me calmaba las penas… y ese momento del día se tornaba como mágico rito que esperaba con ansias desde la noche anterior. Un domingo en que no trabajaba y salí para despejarme amén de la tormenta que se veía en el horizonte, la encontré ahí… en la esquina que se tornó paso obligado para mis días en solitud. Comenzaba a llover y el destino quiso que juntara coraje y me ofreciera a llevarla hasta su casa. Una tímida voz asintió a la ofrenda, teníamos la confianza del que conduce y el que hace malabares… extraña pero cierta. India fue todo el viaje en silencio, acomodando sus herramientas de trabajo, urdiendo sus dedos como con un nerviosismo que me amedrentaba. Contemplé su belleza en silencio, como en silencio ella descubrió todas mis tristezas. No vivía lejos, una humilde casa, donde los relámpagos la perdían en la negrura de la tormenta. India se apeó del auto y en agradecimiento me dio un beso en la mejilla. En ese momento mi pecho estalló en miles de versos, en cientos de mariposas, en millones de colores, en centenar de canciones. En ese instante me dejé vencer por el amor, para saber que había ganado la batalla al dolor. Supe que volvía amar, no sé si sería correspondido, no sé si India se fijaría en alguien maduro y con una brecha importante entre nuestras edades. De todos modos, volvía a sentirme vivo y esas húmedas gotas se confundían con mis lágrimas, esta vez de alegría. Esperaría el momento oportuno para profesarle este tan silencioso y extraño amor nacido en el cruce de una esquina con color a malabares.

Y al otro día, cuando el sol se opuso a la tormenta, la esquina me aguardaba silenciosa… sin India, tal vez la lluvia impidió su traslado. Y al otro día la esquina silenciosa y sin malabares… y al otro día, y el que venía. Una semana en silencio tortura hasta el más fuerte corazón. Junté como nunca antes todo el valor y marché hasta su casa. Tímidamente golpee la puerta y nadie respondió, tímidamente mi pecho volvió a extrañar. La vecina que por curiosa o por buena gente… para el caso me daba lo mismo, se acercó y me dijo que India permanecía en el hospital. Uno se da cuenta en el semblante de la gente cuando se respira preocupación. Pregunté “¿es grave?”. Ella solo respondió, “Está en manos de Dios”. Callé mis lágrimas, callé ese grito desgarrador que hubiera querido dar y me fui corriendo hasta el hospital. En la recepción no preguntaron si era familiar o que lazo me unía a ella, amor a veces alcanza para unir personas. Tenía miedos, tenía sueños, tenía de todo convulsionado en mis adentros… todo tenía que lo perdí cuando la vi sobre esa camilla perdida en las paredes de una habitación. India veía el cielo dibujado en el techo mientras una lágrima caía sobre la almohada. Como si me estuviera esperando desde siempre me extendió la mano, me ofrendó su silencio y yo los míos. Fue cruel la realidad de ese cuadro del cual detestaba cada pincelada dada. Cáncer, India tenía carcinoma y un seno severamente comprometido. Una mastectomía completa era lo más indicado. El cáncer osa devorar la esperanza como también cercenar mañanas. India estaba sola en el mundo, sola con sus miedos, con la muerte respirando sobre su aliento, sola frente a un espejo macabro que le devolvería para siempre su aspecto mutilado. Cáncer, otra vez hurtándome lo que me llenaba de vida. Con el tiempo aprendí que la vida no era injusta ni justa, era simplemente la antesala de la muerte… inasiblemente un grito antes del silencio.

Tal vez si India hubiese notado que sus mamas no estaban bien, tal vez una mamografía, tal vez un control… tal vez el destino osó jugar sus cartas de esta manera, y la partida, la partida aún no estaba perdida. No sé qué será de ella, sé que no quiero perderla, le tomé fuerte la mano, besé sus labios sin importarme la respuesta… no está sola, porque el amor nos elige… en el tiempo, en la hora, en la esquina… en estos malabares de la vida con la muerte.

OCTUBRE MES DE LUCHA CONTRA EL CANCER DE MAMA
PINTEMOS LA VIDA DE ROSA… TOMEMOS CONCIENCIA
Diego López

domingo, 5 de octubre de 2014

Estar Enamorado de Francisco Luis Bernárdez

EXISTE UN FRÍO... - Amparo Estévez Saviza



EXISTE UN FRÍO…
Que no es el de las ventiscas
Que no es el del invierno
Que no es las pálidas noches
de la niebla y los avernos

Que no es de los niños sin madre
Que no es de rostros sin muecas
Que se adueña de las almas
y las muelen en las ruecas

Más allá de los pesares
el hombre disfruta la vida
camina en busca de suerte
y sufre en las utopías…

Hay niños en pesebres
que nacen todos los días
signados por una estrella
que cercena sus vidas…

Y corren como saetas
las noticias de la luna,
que no están en el poeta
porque lo malo no alumbra

Existe un frío que yace
en el postrer de las almas
y entiende vivir la muerte
como vida en otras almas

Y se suceden los hechos
plagiando las esperanzas
de rezos y religiones
que casi nunca alcanzan

Y todos los que fuimos niños
no sabemos qué nos pasa,
pero hay un frío profundo
allí, donde van las almas…
Amparo Estévez Saviza
La Plata-Argentina
Derechos Reservados de
Autor/2014

sábado, 4 de octubre de 2014

SIEMPRE QUE LLUEVE…- Amparo Estévez Saviza




SIEMPRE QUE LLUEVE…
Pienso
en los niños sin abrigo
Pienso
en los que no tienen techo
Pienso
en los que se ven afligidos
Pienso
en los sueños pertrechos
de albores perdidos…

Y Pienso…

En
las manos azules
En
los labios temblando
En
semanas sin lunes
En
espacios sobrando
SÍ…
Sobrando de luces
SÍ…
Sobrando de juegos
SÍ…
Sobrando de abrigo
SÍ…

Sobrando la magia
Sobrando ternura
¡Espacios tan llenos!
que muchos tenemos

Tenemos un brazo
y no lo extendemos
Tenemos los labios,
sonriendo y bebiendo…

¡Que hay niños llorando,
perdiendo sus sueños!

¡Que muere la risa
Si nos detenemos!

Amparo Estévez Saviza
La Plata/Argentina
Derechos Reservados
De Autor/2014

viernes, 3 de octubre de 2014

El cuervo y la hija del rey - Poema Medieval de: William Morris



Colaboración de
Mèdico, poeta y loco
1 de octubre a la(s) 20:19 ·
El cuervo y la hija del rey.
Hija del Rey, sentada en la alta torre,
Mientras el verano es el escudo de muchos,
¿Porqué te lamentas mientras las nubes pasan?
Entre la costa y el campo los altivos cisnes cantan,
¿Porqué te lamentas sentada en tu ventana,
Hasta que por tus frágiles dedos corran las lágrimas?
La Hija del Rey:
Lloro porque me siento sola
Entre estos muros de cal y piedra.
Los hombres se sientan en el salón de mi padre,
Pero para mí él construyó esta torre vigilada.
Y desde aquí he visto el dorado sobre el verde,
Sin noticias sobre mi verdadero amor.
El Cuervo:
Hija del Rey, sentada sobre el mar,
Cantaré una historia que os pueda alegrar.
Ayer he visto navegando un barco enorme,
Cuando el viento soplaba feliz desde el norte.
Sobre aquel labrado mástil me senté,
Y mi corazón se estremeció con fe,
Pues entre la tabla y el oscuro azul del mar,
Su espada cantaba dulce los hechos que serán.
La Hija del Rey:
¡Océano estéril! ¡Amarga entre todas las aves
Un estéril cuento mis oídos han escuchado!
El Cuervo:
Los hombres de vuestro padre fueron severos,
Ataviados con escudos y brillantes yelmos.
La Hija del Rey:
¡La peor de las historias me narras,
Las palabras como saetas me desgarran!
Vuela al sur, hacia los campos de la muerte,
Y que nada dulce en tu lápida pueda leerse.
El Cuervo:
Oh, allí estuvo Olaf, el de los lirios rosas,
Tan justo como cualquier roble que crece.
La Hija del Rey:
Oh, tierna ave ¿Qué hizo él entonces,
Entre las lanzas de los caballeros de mi padre?
El Cuervo:
Entre la tabla y el azul oscuro del mar,
Él cantó: Mi verdadero amor me espera.
La Hija del Rey:
Así como esta dura losa conoce mi dolor,
Aún no estoy agotada, mi amor.
El Cuervo:
Él cantó: Así como una vez tuve su mano,
Al final sus labios volverán a mis labios.
La Hija del Rey:
Y así como nuestros dedos se entrelazaron,
También volverán a unirse nuestros labios.
El Cuervo:
Él cantó: Que venga la ruina, el hierro y las llamas
¿Pues qué otra cosa romperá la torre sino la fama?
La Hija del Rey:
Oh, Sol, Ascended y caed con premura,
Para que la esperanza triunfe sobre la muerte.
El Cuervo:
Hija del Rey, sentada en la alta torre,
Dádme un regalo por mi cuento y volaré:
El oro de tu dedo frágil y pálido deseo,
Pues sólo eso tienes de tu viejo anhelo.
La Hija del Rey:
Junto al anillo de mi padre hay otro,
Con un beso me fue dado por mi madre.
Vuela, vuela a través de los mares
Para ganar otro de mis presentes.
Vuela al sur a traerme noticias reales,
Mientras en verano sea el escudo de muchos.
La hierba crece roja con el rocío de la batalla,
Entre la costa y el campo los altivos cisnes cantan.
El Cuervo:
Hija del Rey, sentada en la alta torre,
El verano brilla sobre el escudo de muchos,
Las noticias de la marea hablan de muerte,
Mientras en la costa y el campo los altivos cisnes cantaban;
En la tierra de los Francos él se encontró con sus lanzas,
Y la planicie entera con sangre fue sembrada.
Alta creció la fría luna cubriendo el sol,
Cuando los cuernos sonaron sobre la batalla ganada.
La Hija del Rey:
¡Caed bajo la justicia, ave! Cantad sólo la verdad
De los hechos que aquel hombre en su día realizó.
El Cuervo:
Steingrim se plantó ante su bandera,
Y los yelmos fueron rotos y las astas cayeron.
La Hija del Rey:
¿Un hombre temerario, bueno y necesario,
Puede cantar las hazañas de otro?
El Cuervo:
Donde Steingrim pasaba la batalla sonaba,
Sin embargo el pie de Olaf era más rápido.
La Hija del Rey:
¡Ah, con hechos de gloria el mundo ha de crecer!
¿Pero a qué tierras lejanas ha llegado mi amor?
El Cuervo:
Sobre la cubierta junto al mástil,
Allí yace ahora, descansado profundo.
La Hija del Rey:
¿Lo habéis oído antes de que caiga en el justo sueño?
¿Pronunció palabras ante sus hombres?
El Cuervo:
Creo que a su dama dedicó una canción,
Pero luego nada más pronunció.
Antes de que la batalla los uniera,
Steingrim una palabra le dijo:
"Si volvemos con las banderas de paz,
En la casa del rey mi fama crecerá,
Las puertas no estarán cerradas,
Y para mí siempre se abrirán.
Luego, hacia la íntima alcoba iremos,
Donde el amor su dorado manto cose.
Te llevaré adentro, y pondré su fina mano
Sobre el cuello adornado de lirios.
Dejaré al rey el radiante satisfacción,
Mientras aquella noche sea de ustedes dos".
Ahora corre hacia el norte la proa de Steingrim,
Y la lluvia y el viento golpean desde el sur.
La Hija del Rey:
Mirad, ave de la muerte, el anillo de mi madre;
El canto nupcial aún debo aprender,
Y ya no veo desagradable mi cuarto solitario;
Pues el viento, el viendo ha de gemir
Mientras ordeno el lecho de bodas.
El verano brilla en el escudo de muchos,
Pues la lluvia, la lluvia roja ha de caer,
Mientras en la costa y el campo los altivos cisnes cantan.
Antes de que el día surja de la noche,
El verano brilló sobre los escudos,
Ella escuchó el cuerno de Steingrim
Mientras los altivos cisnes cantaron.
Antes de que el día oscuro concluyera
Se oyeron los pasos de Steingrim en la escalera.
La lanza y la flecha cayeron lejos,
Mientras los pesados pies subían.
¡Oh, pesados son los pies de aquel que porta
El anhelo de los días y el dolor de los años!
Reposad, reposad, dulce lirio,
Sobre tu cuello descansará la mano.
No importa si el rey vibraba en radiante satisfacción,
Pues aquella cama fue ocupada por los dos.
Inmóvil cuando él permanece inmóvil,
El corazón yace junto al corazón.
Tal vez mis oyentes quieran hablar,
Debatir sobre esta triste historia,
Por lo tanto los dejaré piadosamente
Bajo el verano sobre los escudos.
Los días descansan hoy bajo la piedra,
Mientras en la costa y el campo los altivos cisnes cantan.
Poema Medieval de: William Morris