ALETEO ENTRE LOS TRINOS
Médanos de sombra en el resplandor
umbrío.
Manantial
allá lloviendo su letanía de relámpagos
y bajo el azoro
la celebración de atisbos.
(Cascada en azogues purificados.)
Cisterna la opacidad.
Incertidumbre por los recodos: mínimo
polvo, inasible arena:
luz insaciable. Esa la luz
aleteando
con levedad
entre los trinos todos del nunca atardecer.
Médanos
de nada.
Dunas desde el deseo y el ser,
sobre los riscos
en el perfil
del paisaje asoman.
Y polvareda en el sendero.
Amadrugado hacia el silencio así
nace el delirio:
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