LA MADRE y LA MUJER
Es la mujer como una niña pequeña que pide caramelos de mimos y sabe que sólo será posible si lo cristaliza a través de lágrimas y besos
Que extiende su mano para recogerlos a sabiendas que no siempre llegarán.
Que sabe sonreír aún cuando sus entrañas
todavía asisten al parto con dolor en los pasos de sus hijos.
Vive la nostalgia de ver repetidas sus historias.
Acepta lo que les depara la vida y al hijo que crece en su vientre luego de hacer el amor con diferente propósito.
Escucha el sonido de los vientos fatalistas y crean la
armonía en torno de sus trémulas manos buscando un trozo de pan en la miseria.
Cree en el futuro, lo necesita para entregar la sabia acumulada de sueños que intuye no siempre se cumplirán.
Es tangible para amamantar, para besar, para acariciar, para sostener, para
vivir en la lucha y es intangible para postrarse ante Dios y pedirle por los que ama, ofreciendo su alma en cada nueva pelea.
Para trabajar más allá de sus fuerzas.
Para inventar el amor cuando peligra la familia.
Para perder belleza en pos de objetivos diversos y no se lamenta, sabe que lo va entregando todo…Y no entiende otra manera de transitar por la vida cuando ama a su entorno como parte de su propia historia latente… Esa magnífica puesta de sol
que se plasma en el alma y devuelve una luna redonda, una luna que revienta de orgullo
si llega a la meta…
Y no siempre hay una meta, pero se vislumbra a través de las prolongaciones que son los hijos…
Un mundo de valores que se marca poco a poco, y siembra futuro, esperanza; es
constancia propia de la mujer que sabe amar hasta el punto de ver el final del camino
y vestirse de fiesta para cortar la cinta de los logros, sin fecha de vencimiento…
Amparo Estévez Saviza/La Plata/Argentina/2014
A mis hijas, nueras, amigas y conocidas ¡¡¡FELIZ DÍA DE TODAS LAS MADRES!!!
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