Mi mamá me vuelve a llamar... –Julieta… ¡A comer!-.
Un murciélago perdido pasa entre los pinos y aunque ve poco, se las arregla para no chocar con nada.
Miro la noche y miro mi vida, lo bueno y lo malo y este dolor que tengo que no me deja tranquila.
Como me gustaría estar en la Luna. Mirar la tierra como una piedra preciosa de color azul con vetas blancas y ver todos los problemas así chiquitos como se ve ahora el Río de la Plata.
Y floto, lejos de todo, lejos de todos y solo me dejo llevar por la ingravidez y siento que mis problemas se van así, flotando hacia lo más infinito del espacio... hacia las estrellas...
De repente una voz conocida me despierta del ensueño. -Julieta... ¿qué te pasa? Hacen dos horas que te estoy llamando para comer
- Estás en la luna vos…
- Si mamá- ya voy…
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