ANTE LA NATURALEZA…
¡Qué poquito somos!
Diminutos y breves…
Los pasos avanzan, los brazos amagan
desierto de sol infinito, sin siembra
que cubre lo habitable, transita la arena
olvídase del ser, lo moja de oleaje
cuando en su pobreza cobija su senda,
y esconde la brisa para mitigar la pena
Desafíos sin tregua disgregan porfía
más hábil se cree el hombre y condena
las almas despiertan y ajustan la brecha
pero un nuevo día se trepa en las piedras
presagian futuro, eluden el juicio
y la avaricia cruza las fronteras
Ya sabe el hombre que el tiempo apremia
y sin embargo desafía las tormentas
absorbe los vinos de la copa rota
culmina festejos y hace protestas
sonríe a eras que pasan prestas
los días de vida de especies ya muertas
En el brindis triste que lo mata y muere
intenta ganarle al cosmos, a la tierra
pero hablan los trinos de pájaros buenos
elevando silbidos en medio de truenos
y es vergel de riquezas sobre la mesa puesta
nido de ansias que piden a Dios los proteja
Matando de a poco la naturaleza…
El agua lo ataca y los vientos se trepan
Los volcanes rugen y muestran el fuego
Los cóndores observan, las águilas condenan
Los peces mueren, los niños no saben
Que “las Crisálidas” mueren y sin embargo esperan…
Amparo Estévez Saviza-La Plata- Argentina/DRA/2014
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