Tenía pececitos nadando en sus ojos…
Sí, yo los vi con sus aletas doradas danzar en una lágrima.
Tenía mariposas reposando en su cabeza…
Sí, yo las contemplé aletear sobre la calvicie del tiempo.
Tenía delfines cantando en sus labios…
Sí, yo los avizoré desde el mar en que zozobro mis duelos.
¡Ay! si vieras que bella trova escribió el poeta dormido
sobre los blancos vacíos del anhelo respirando sueños.
¡Ay! Si vieras nadar a sus pececitos con alas mariposas
besando delfines en ese tiempo silencioso… de un amor.
Diego López
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