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Hay fiesta en el hormiguero
La reina había salido de su cámara allí en lo profundo del hormiguero y era el centro de atención de todos. Su tamaño era imponente. Las obreras le abrían paso hacia el centro del salón donde pronunciaría su discurso anual acerca de la marcha del hormiguero, estado de las reservas y daría con bombos y platillos la señal inconfundible que daría comienzo a la fiesta. Todo estaba listo. Un sistema de luces naturales creado por las hormigas ingenieras de canales y vidrios de colores, daban al ambiente un multicolor brillo que contrastaba con el marrón opaco de las paredes del hormiguero. Los músicos, grillos esclavizados, a los que se les había perdonado la vida por sus dones, tocaban bellas melodías y las barras estaban atestadas de bebidas y brebajes de toda calaña.
Por fin la reina ocupó su lugar en el centro, mientras miles de hormigas se movían nerviosas esperando las palabras de su reina madre. Sí, reina madre. Era la madre de todas. Como toda colonia que se precie, todas eran hembras. Es bien sabido que los machos mueren luego de su danza de amor en el aire y luego todas sus hijas son hembras estériles que solo trabajan, trabajan y trabajan, excepto, ese preciso día.
La reina Acalia se dispuso a hablar y casi como un milagro de coordinación sobrenatural todas dejaron de moverse, de hablar o cualquier otra cosa. Solo hubo que esperar unos segundos hasta que todos los grillos se callaran.
-Colonia – Comenzaba siempre la reina – Cómo todos los años estamos aquí reunidas para celebrar otro año de prosperidad de nuestro hormiguero. Gracias al trabajo incansable de todas ustedes, las reservas han aumentado exponencialmente – Todas las hormigas saltaban y aplaudían con las 6 patas y las dos antenas – Por eso… - y abriendo sus alas se elevó brevemente del piso, levantando una tremenda polvareda por todo el recinto – ¡Que comience la fiesta!- y el frenesí se apoderó del lugar. Los grillos comenzaron a tocar y cantar canciones de acalorado ritmo y toda la Colonia se dejaba llevar por la psicodélica melodía que era amplificada por ciertas cavidades creadas a tal efecto por las hormigas ingenieras. Las bebidas y los brebajes corrían de acá para allá y no pasó mucho tiempo hasta que comenzaron las primeras peleas.
El buen lector podría preguntarse cómo es que la reina tenía alas. Esa es una sorpresa. Todas las reinas, luego de aparearse con el macho, buscan un lugar donde formar una nueva Colonia y una vez que se instalan se arrancan las alas. Pero Acalia, no. Eso hacía de Acalia una hormiga muy especial. Podríamos decir que fue la primera en hacer algo así como salirse de la norma. Era tan popular su atrevimiento que muchas reinas de Colonias vecinas tenían gran recelo por Acalia. Por eso, la Reina con alas había debido formar un poderoso ejército de guerreras que defendiera a la Colonia de los continuos ataques enemigos, pero ese día…. todas, hasta las guerreras, estaban festejando.
Allá, en un rincón estaba Taína. Era una hormiga muy especial y todos comentaban que podría ser la nueva Reina, pero Taína nunca había tenido ni la menor intención ni la vocación de mando que se requiere para llevar adelante los destinos de un hormiguero tan grande, por lo menos no como su madre. Pero tenía algo que obviamente había heredado de ella. Miraba el descontrol con sus patitas cruzadas, sola y parecía no divertirse mucho. De vez en cuando se quedaba observando el piso por un rato y luego levantaba la vista con cara de tristeza mirando a sus hermanas divertirse tanto. Desde un costado se acercó una de sus hermanas mayores, Seila, que por su avanzada edad, pertenecía al grupo de hormigas que ayudaba a la Reina en sus quehaceres diarios. Por su ancianidad y por el contacto diario con su madre, Seila era muy sabia.- ¿Qué pasa Taína, porque no estás con las hermanas festejando?- - ¿No te das cuenta? Esto es un lío. Con semejante descontrol… te imaginas si las Colonias enemigas se enteran de esto, lo que pa….- No pudo terminar la frase. El hormiguero comenzó a temblar y Taína supo al instante lo que sucedía. Corrió con todas sus fuerzas en busca de su madre pero las paredes comenzaron a desmoronarse. Supo que debía buscar refugio inmediatamente si quería vivir. Corrió como nunca lo había hecho pensando rápidamente lo que debía hacer. Lo tenía muy claro. Cerca de la cámara de su madre, había un refugio preparado para un acontecimiento cataclísmico como ese y esperó poder encontrarse con sus hermanas allí. Todas habían hecho simulacros por si algo así sucedía. Ahora estaba ocurriendo enserio. Detrás de ella era el pandemónium: Las hormigas enemigas, aprovechando el estado calamitoso de las hormigas de la Colonia, daban rienda suelta a todo su sadismo. Al llegar a la cámara se encontró sola. Ninguna de sus hermanas estaba ahí. Seguramente la embriaguez que les produjeron las bebidas y los brebajes nubló su entendimiento y no fueron capaces de ponerse a salvo. Taína se encerró en su pequeña cámara y allí se quedó, quieta, sin hacer el menor ruido hasta que los sonidos del terror cesaron por completo. Pasaron muchas horas hasta que pudo tomar coraje y salir de allí. Con sus fuertes mandíbulas rompió el sello de su cámara y saltó al suelo. El silencio era abrumador. La muerte se paseaba por los oscuros corredores del hormiguero. Le costó acostumbrarse a la oscuridad casi total. Cuando pudo ver algo quedó sobrecogida por la destrucción. – ¡Mi madre! – Salió a toda velocidad hacia el recinto de su madre y la encontró en la entrada, tirada de lado, agonizando. – ¡Madre, Madre!- Acalia tenía la cabeza destrozada y apenas podía murmurar alguna palabra – Perdón Taína; esto es culpa mía – y con un último suspiro… dejó de existir. – ¡Madre!- Taína lo sabía; ella era la única sobreviviente de su Colonia. ¿Qué haría ahora?. Se tomó la cabeza y comenzó a retroceder culpándose por todo lo que había pasado. ¿Por qué no les había advertido a todas que esos malditos brebajes llevarían a la destrucción de la Colonia?. De repente se encontró en la cámara de su madre y sintió que su dorso tocaba el techo de la caverna. Se dio cuenta que ya no era la Taína de siempre. Su tamaño se había triplicado y un par de apéndices transparentes habían asomado sobre su espalda. Ella sabía que su Madre viviría en ella, pero a partir de hoy, la historia no volvería a repetirse jamás.
Muchos años Después…
DANIEL NAVARRO ESTÉVEZ
DERECHOS RESERVADOS DE AUTOR/05/07/2014
Fuente de inspiración...
FENÓMENOS | HAY MILLONES DE HORMIGUEROS EN LOS CINCO CONTINENTES
Investigan por qué la hormiga argentina invadió todo el mundo
Un estudio de la Universidad de Girona, en España, estableció que mantienen un sistema de vida cooperativo y no admiten peleas internas. También son feroces con las hormigas rivales y otras especies.
Son hormigas de unos tres milímetros de longitud, de color marrón oscuro, con largas antenas. Una característica especial de la variedad argentina, que fascina a los científicos y asegura el éxito de su expansión, es que al llegar a zonas lejanas ha ido produciendo cambios genéticos que alteran la conducta normal de la especie.
Las argentinas se agrupan en supercolonias que colaboran entre sí, se concentran en la reproducción, desplazan con una inmensa cantidad de individuos a otras especies y las hacen desaparecer.
La colaboración entre las hormigas argentinas, una clave de su éxito, quedó demostrada cuando los científicos "mezclaron" hormigas argentinas del norte de Italia con otras del sur de España. Se reconocieron como hermanas. Es un fenómeno lleno de incógnitas que concita cada vez más estudios sobre la cuestión.
Las hormigas argentinas están sólidamente implantadas en veinte países como Estados Unidos, España, Portugal, Francia, Italia, Japón, Nueva Zelanda y Australia. Incluso ya se ha detectado su presencia en Gran Bretaña y Alemania. Son millones de hormigueros y billones de individuos que continúan difundiéndose sin que se encuentren medios para frenarlos.
En Europa su presencia se extiende sobre 6.000 kilómetros, bordeando la costa del Mediterráneo y el Atlántico. ¿Cuál es la razón de tanto éxito?, se preguntan científicos de varios países. "Los hormigueros dejaron de lado sus diferencias para crear la unidad cooperativa más grande jamás descubierta", señala Laurent Keller de la Universidad de Lausanne, Suiza.
Keller explica que "la colonia europea representa la mayor unidad de organismos cooperando descubierta en la historia".
Diario Clarín. Buenos Aires, Argentina. Año 2013
Si Taína aún viviera, sería la reina más orgullosa. Sus genes pasaron de generación en generación y el orden instaurado por ella en la primera colonia, hoy se ha transformado en la base de un imperio que se desparrama por el globo. ¡Cuidado lector!. Es muy probable que a tus pies se estén pergeñando planes para dominar al mundo.
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