Diego Lopez
Estaba el niño sentado frente al espejo de la vida
y nacieron virtudes queriendo devorar defectos.
Dormía el adulto perdido en laberintos del tiempo
y blandía en sollozos lo que el silencio ofrendaba.
Soy sigilo en la penumbra de las distancias eternas
soy obsequio del alma sin reliquias para guarecerse
soy verso sensible llorando las penas de los internos
soy peregrino errante vistiendo de polvo sus huellas.
Soy mirada diáfana en la limpidez del que observa
soy palabra no pronunciada detrás de los sentires
soy sueños erguidos en los aleteos de la esperanza
soy alquimia comulgando los credos con imposibles.
Soy el abrazo que arriba en los tormentos profanos
soy la espera de un amor que conjura los destinos
soy el beso de un poema sobre el anverso indemne
soy poeta escribiente de historias propias y foráneas.
Estaba el niño sentado frente al espejo de la vida
dormía el adulto perdido en laberintos del tiempo
y emergió uno solo… desnudo de instantes ajados
Y emergió uno solo… escritor de lágrimas sentidas.
Título: VIRTUDES DEVORANDO DEFECTOS
Autor: Diego López (Argentina)
Imagen tomada de la red
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