Dicen que yace agónica la paz entristecida
sobre cordeles de sangre oliendo a muerte
bajo las garras de beligerancias que hieden
en la ira rasgando esperanzas de inocentes.
Dicen que perece sin tiempos y en silencio
en lágrimas llorando las tumbas sin glorias
sobre puñales blandiendo odios mortecinos
bajo venenos de la serpiente hecha hombre.
Pero aunque la muerte se alimente de tirrias
habrá concordia en la mirada de los infantes
que no saben de malicias y abrazan mañanas
habrá avenencia en la madre que pare hijos
como lazo perpetuo de un amor magnánimo.
Pero aunque la muerte mastique toda ilusión
habrá paz en las manos ávidas de un futuro
habrá vuelo de albedríos besando los cielos
habrá remanso en el abrazo de los mortales.
Y habrá guerras porque nunca aprenderemos
que la palabra acerca lo que una daga distancia
Y habrá paz porque el quebranto clama por ella.
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