No es silencio lo que acalla el delirio de mis quebrantos
es la garra de tu mano asfixiando mis agónicas palabras.
No es horizonte lo que avizoran mis ojos en las sombras
es temor a ver el génesis de un golpe sobre mis miedos.
No es esperanza lo que alberga mi cuerpo que adolece
es herida magullando mis trémulos pasos sin destinos.
No es sonrisa lo que trazan mis labios ensangrentados
es un alarido enmudecido solicitando ayuda a la muerte.
No es flor lo que asciende en mis vergeles que sollozan
es lágrima hendiendo la semilla de una tortura siniestra.
No es el hombre que ofrendaba amor en sus promesas
es un espectro del averno que devora sueños ya ajados.
No es tiempo lo que me sobra en este hurto de honras
es instante de partidas antes que la agonía me ahorque.
No es beldad lo que mi rostro exhibe en las penumbras
es huella macabra de las manos vociferando tus odios.
No es inocencia lo que supuran mis susurros violados
es perdón a mi memoria para intentar besar el olvido.
No es condena lo que devora mi libertad hambrienta
es tu nombre vapuleando mi esencia que no protesta.
No… es un grito que nadie debe dejar de oír nunca.
NO… ¡NO A LA VIOLENCIA DE GÉNERO!
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