AUSENCIA
Encierra la certeza de no ser.
El triste llamado de los sinsabores que recrudecen, aún olvidados.
La pena cautiva entre los albores remotos y los amaneceres presentes.
La duda que carcome el corazón y hace temblar la piel.
Los gritos internos detrás de un “casi no lo recuerdo”
Los miedos de perderlo todo, así, sin explicación alguna.
La felicidad inventada, construida de mentiras, sin anhelos, sin amor,
sin caricias de contacto gozoso, sin besos húmedos de tiempo y espacio, sin respeto por los días brindados a una efímera relación sin sentido…
Ausencia es olvido y el olvido trae caminos desérticos de recuerdos memorables.
Nadie viene ni nadie se va. Es como la misma pesadumbre del fatigado que se recuesta en el árbol a morir porque sus piernas no le responden y sabe que lo único bueno que tendrá será sombra…
Alondra VALEY
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