En la senda de infinitos
entran y parten las naves
Y se eleva la tristeza
en pequeños pañuelitos
Son oblicuos los saludos
Aleteo mortecino
besos sin nostalgia
de amores devenidos
mas allá la distancia
y el callar sin sentido
Una lágrima furtiva
escondiéndose en el río
y los brazos de la muerte
abrazando los olvidos
Alondra Valey
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