ALGUNA VEZ...

Amparo Estévez Saviza
ALGUNA VEZ
Ya ni recuerdo cuándo me sentí como hoy. En un estado entre el cielo y la tierra. Por momentos me siento como cuando mi mamá me guardaba la muñeca de carita de porcelana en el estante más alto del ropero.
Yo comprendía que no podía tenerla eternamente en brazos, que tarde o temprano se rompería y no acabaría de llorar.
Sin embargo ¡Qué no daría en esos momentos por tenerla!
Un estado de tristeza y frustración me embargaba en ese instante.
Recuerdo que era algo rebelde y usaba todos los métodos que hicieran que mamá me la bajara de allí y yo poder abrazarla, cantarle y darle la mamadera y sus bizcochitos, tal era, regularmente, como jugaba a los cinco años.
No me esperaba que la vida me situara en las mismas condiciones de sentirme una nena caprichosa y actuar en una regresión sin límites.
Cómo me duele sentirme en tales condiciones. Lo reemplazo por una infinita tristeza,
en donde se mezclan los sentimientos más encontrados.
Lo único que recuerdo hoy es que en aquel entonces yo iba de la mano de mis padres y me sentía segura.
Hoy inventé unos abrazos que más que eso parecen garras que no te avisan cuando te van a soltar, para que te estrelles.

Extactado de la novela "AMPARO y sus pasos equidistantes"